Crea tu Vida. Jordi Planes

Crea tu Vida. Jordi Planes
CREA TÚ VIDA: la inteligencia emocional, la PNL (Programación neurolinguística), el Rebirthing y técnicas de Coach, como herramientas de crecimiento personal.

martes, 23 de marzo de 2010

Los Niños Índigo.

Los Niños Índigo: La descripción de Niños Índigo fue inventada en 1982 por Nancy Ann Tappe, parapsicóloga que desarrolló una técnica para clasificar la personalidad de las personas según el color de su aura. Nace de la visión del aura y su coincidencia con el color mencionado (entre violeta y azul). “Un Niño Índigo se caracteriza por mostrar unos comportamientos rebeldes y una fuerte asertividad”. Tienen un patrón conductual que requiere de un trato cuidadoso y respetuoso con su realidad...como con todos los niños en general. En su cado, su peculiar sensibilidad y capacidad de interiorizar las experiencias, les hace especialmente sensibles a la forma en que se interacciona con ellos.
Ignorar estos nuevos patrones de comportamiento es crear desequilibrio y gran frustración.
El neurólogo Felipe Cors, califica a los Índigo como personas dulces, tremendamente sensibles, más maduras emocionalmente, con una gran capacidad para ponerse en el lugar del otro. Los niños Índigo se caracterizan por tener una fuerte autoestima y un evidente sentido de sí mismos.
Tienen dificultades con la disciplina y la autoridad. Les cuesta mucho seguir órdenes o directivas y normalmente se aburren con las tareas asignadas. Les resulta tedioso esperar en fila, carecen de paciencia.
Generalmente son inconformistas y no responden a mecanismos de culpa. Aprenden mediante la motivación y rechazan la imposición. Quieren buenas razones y sus razonamientos…Una característica cada día más común entre todos los niños de esta nueva era.
Si estamos viviendo la era de la inteligencia emocional, estas nuevas generaciones nos mostrarán la inteligencia espiritual, que no es más que nuestra capacidad de comprender el sentido profundo de los acontecimientos, de las formas y de las experiencias que nos toquen vivir. Una conciencia que nos ayudará a todos a vivir plenamente el “ahora” y a permitirnos sentir sin las ataduras de los miedos y las culpas. A menudo se piensa que los niños índigo son niños que tienen desorden de déficit en la atención o hiperactividad.
Quizás si que actúen mostrando los signos característicos del desorden, pero su realidad va más allá; ellos pueden concentrarse cuando quieren.
Es fácil distraerlos, su mente está en permanente creación y son capaces de integrar cualquier estímulo a la historia personal que estaban diseñando. Como a todos los niños, les caracteriza una transparencia emocional tremenda: tienen gran empatía por unos y nada de empatía por otros.
Son los típicos niños que pueden jugar solos durante horas sin sentirse mal: son creativos, tienen talento y generalmente son muy inteligentes. Como seres intuitivos, son soñadores e incluso pueden llegar a ser visionarios. Su misma sensibilidad les puede hacer sentir que provocan preocupación y la tensión con la que muchas veces tienen que vivir, les puede despertar su parte más reactiva, evidenciando episodios de ira o enfados sonoros. Hay quien asegura que esta nueva generación de niños más sensibles y espirituales:
“Están aquí para cambiar el mundo, para ayudarnos a vivir en más armonía y paz entre nosotros y para elevar la vibración del planeta.” Los padres jugarán un papel importantísimo en la evolución y el equilibrio de un niño índigo. Si bien no tienen que reconocer a un hijo índigo, si que deben de criarlo con amor, respeto, firmeza, respetando sus habilidades y facilitando que desarrolle las otras. Se deben dar explicaciones para evitar malentendidos y demostrar que son justos. Como todo padre ante su hijo, independientemente de las capacidades y características del mismo. El aburrimiento puede traer arrogancia en estos niños, así que es aconsejable alimentar sus cerebros y mantenerlos ocupados de la mejor forma posible. Los niños índigo son muy sensibles al contacto: abrazarle y mantener contacto con él será muy útil para llamar su atención. Además de otros sistemas educacionales que se deben dar a todos los niños, como mantenerles informados sobre los asuntos familiares, enseñarle a cumplir con la palabra... si se le da una reprimenda, analizar la situación generadora de ésta y recordar que el castigo no funcionará con estos niños. El castigo está basado en la culpa, mientras que la reprimenda se basa en un crecimiento o mejoramiento personal.
Funcionan mucho mejor con estímulos positivos
: premios por lograr los objetivos, provocar su complicidad, ponerles retos, objetivos alcanzables que aumentarán su voluntad e implicación.
Si los hijos ya son una aventura, los hijos de la nueva era, son además una gran oportunidad. Lo que realmente debemos aprender es el valor y la importancia de la implicación de los padres en la educación de nuestros hijos. Los hijos son una prioridad y así deberíamos de actuarlo. La carrera profesional y las responsabilidades laborales son importantes, saber priorizar y gestionar la paternidad todavía lo es más.

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