La obsesión por las marcas y por los bienes de consumo, las constantes alusiones a la condición social y económica de los progenitores, así como el exhibicionismo despilfarrador en fiestas y reuniones sociales, sólo genera vacío y falta de valores en los adolescentes.
La educación ha de estar basada en una formación excelente y en la asimilación de los valores esenciales: respeto, empatía, sentido de justicia, humildad, compasión y capacidad de perdón. Junto a ellos, la capacidad de trabajar la voluntad, de desarrollar el esfuerzo y el espíritu de sacrificio. Favorecer la inteligencia emocional y la comunicación.
Una buena escuela, una escuela de alto nivel, debe de sobresalir por el alto rendimiento de sus alumnos, no por el nivel social de los mismos.
Las escuelas tienen la misión de educar y educar no es sólo transmitir información ni infundir conocimientos, es ayudar a sus alumn@s a ser personas honestas y dignas de confianza.
Namaste.
