El Éxito y las matemáticas.

De pequeños aprendemos matemáticas. Nuestra primera experiencia con esta ciencia de los números está representada por la suma ( ¡qué fácil que es sumar…esto y esto + esto para mí…), luego, siguiendo con las operaciones positivas, vienen las multiplicaciones, los cuadrados…y siguiendo en complejidad, un número casi infinito de operaciones que de por sí encierran toda una filosofía y quizás hasta las claves de la creación. Albert Einstein dijo en una ocasión que “las matemáticas” eran el lenguaje de Dios. A buen seguro las matemáticas encierran una creatividad increíble (lenguaje informático, programación, diseños, cálculos, definición de vibraciones, las parábolas que definen los futbolistas al chutar, el recorrido de una flecha, la trayectoria de un cohete, la modulación de las vibraciones…en el fondo, todo es matemática) Pues bien, en un simple ejemplo apreciaremos la importancia de aplicar una función matemática: utilizando los mismos números, si sumamos 4+4, nos dará 8. Si multiplicamos 4 X 4, nos dará 16, pero si elevamos 4 a la 4ª potencia, nos dará 256. La diferencia es considerable. Diríamos incluso que, utilizando los mismos recursos y aplicando el mismo esfuerzo (si utilizamos calculadora), el resultado es cuantitativamente distinto. Las matemáticas rigen también las actitudes humanas. Hay personas que prefieren ir sumando, poco a poco, con seguridad y tranquilidad. Los hay que tienen más prisa y ambiciones y se esfuerzan para multiplicar sus ingresos con avidez y dedicación…y los hay que son más brillantes y utilizan su capacidad analítica, su intuición y la creatividad para incrementar exponencialmente sus ganancias, aportando ideas y proyectos de éxito. Ser proactivo, imaginativo y emprendedor es como hacer ejercicio y estar en perfecta forma…al principio requiere mucho esfuerzo y una voluntad de hierro. Todo para conseguir la forma que te permite continuar con el proyecto, disfrutando de él y proyectando metas más ambiciosas. Una vez has alcanzado la forma, la energía fluye de forma natural y la voluntad deja de ser voluntad y se convierte en determinación. Como todo, para lograr nuestros objetivos necesitamos un plan. Un plan personalizado, que se adecue a tus características y que te permita ir obteniendo resultados satisfactorios. Estos pequeños logros, enaltecerán tu espíritu y te darán el impulso necesario para lograr tu propósito. Si los objetivos son desmesurados y el plan no está debidamente adecuado, el fracaso está asegurado…al poco tiempo la desolación y el desanimo boicotearán tu proyecto y abandonarás. Nadie puede pretender mejoras o cambios positivos, practicando siempre lo mismo. Hemos de ser imaginativos, creativos y muy proactivos (nos hemos de adelantar a los acontecimientos) Identifica tus habilidades…escucha tu ser y descubre lo que te hace diferente, lo que dominas en verdad…con lo que disfrutas, con lo que serías capaz de trabajar sin descanso ni desidia, con lo que implicarías todo tu ser. Rehúye las complacencias, rehúye las zonas de confort…se tremendamente exigente y exageradamente ecuánime…que el amor sea tu vara y la bondad tu compromiso. Sólo así lograremos la excelencia y la implicación. Si no logras tu implicación, caerás en la autocomplacencia y estarás a un paso de la cotidianidad de la rutina y de la mediocridad. Sólo se es excelente haciendo lo que se ama. Lo demás es puro paisaje. Disfruta de tu viaje…es más que una oportunidad. Dedicado a mis amig@s con mente matemática, estadística y pasión numérica...