Cuando exigimos algo a la pareja, estamos actuando desde el rol de "Padres", no como pareja sentimental. Si en cambio hacemos conocer a la pareja nuestros deseos, le estamos dando una guía, le damos pistas para que pueda hacer algo que nos gusta.
Si reclamamos atención o actos, nos comportamos como hijos o padres dominantes, olvidando nuestra condición de pareja, de seres independientes unidos por el amor.
Recuerda: Una petición aporta valor, una exigencia tiraniza la relación.
Hemos de permanecer unidos por los valores, en lugar de permanecer encadenados por las obligaciones, los compromisos o las exigencias.
El amor no entiende de contratos, solo atiende a las buenas razones.
Inspirado en el libro de Gary Chapman "Los 5 Lenguajes del amor"
Namaste.
Jordi
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