Una mirada, un abrazo, un apretón de manos...son actos que pueden ir de la rutina a la plena consciencia. Si vives en el ahora, si fluyes en el momento y te permites sentir, cada acto, cada compartir te transmitirá la magia que los sentimientos quieran en el.
Somos energia en constante vibración. Al abrazar entrelazamos nuestros lazos, compartimos vibraciones y podremos transmitir tanto amor como queramos proyectar. Va más allá de la implicación física, es más profundo que el mundo de los sentidos y sobre todo, está libre de las cadenas del mundo instintivo que nos ata y condiciona.
Observa cada momento, permítete disfrutar de cada encuentro, de cada mirada, de cada abrazo. Verás en ellos un reflejo de tu Ser.
Namaste.
Jordi
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