El pasado día 9 de Mayo, tuve la oportunidad de participar
en un curso auspiciado por la Junta de Castilla y León, el Hospital Clínico
Universitario de Valladolid y el SACYL.
Se trataba de una actividad vinculada al XXXIV Congreso de la Sociedad
Española de diálisis y trasplante renal. El marco elegido ha sido la ciudad de Valladolid, una ciudad singular,
protagonista destacada de la historia de España, donde a nivel personal había compartido distintas etapas de mi vida.
Sus calles, parajes y edificios (ahora renovados y más cuidados) suscitan en mi
memoria sensaciones y recuerdos entrañables, que el tiempo revaloriza y sus
gentes reafirman.
Mª Jesús Rollán, Presidenta de la Sociedad Española de
Enfermería Nefrológica y Diálisis, sensible a las inquietudes de un
colectivo fundamental en el ámbito de la
sanidad (tanto por sus funciones como por su relevancia social) pensó en la
conveniencia de ofrecer un curso dirigido a reforzar las competencias
emocionales y facilitar la gestión de las relaciones y la comunicación
(fundamental en el trabajo en equipo y en el trato personal)
Quiero agradecer desde aquí la oportunidad que me ha
brindado la SEDYT (Dr. Julen Ocharan) y la SEDEN (Mª Jesús Rollán, Mila y Ana)
de poder participar en dicho evento. Sin duda una experiencia muy positiva y
entrañable.
He podido constatar
como el colectivo de profesionales de la salud (Enfermería y Médicos) tienen
una gran inquietud en querer conocer y compartir herramientas que les
faciliten las habilidades necesarias para poder ofrecer a los suyos (pacientes
y compañeros) su excelencia y su mejor versión. Hemos de tener presente que el colectivo de enfermería está expuesto a
un desgaste psíquico-emocional enorme,
lo que repercute en el terreno físico y que sería fundamental poder contar con
elementos de soporte encaminados a motivar y encauzar situaciones complejas y
de gran desgaste personal.
Para mí, el poder
compartir estas actividades y vivir de cerca las inquietudes del personal y sus
emociones, me ha permitido constatar una realidad que muchos parecen ignorar y
es que tenemos un personal sanitario excepcional.
La aptitud se puede mejorar, la actitud es el reflejo de
nuestro ser interior...solo desde la voluntad de mejorar es posible
transmitir los mecanismos que nos permitirán conectar con nuestra esencia y con
nuestro “don”.
Tenemos un colectivo de médicos y enfermería de primer nivel, cuya dedicación y profesionalidad compensan las carencias tecnológicas y las dificultades asistenciales que las limitaciones presupuestarias conllevan. Espero y deseo que la administración sea consciente de la inmensa labor que estos profesionales realizan, del prestigio que proyectan allende nuestras fronteras y del valor que aportan a nuestra sociedad y tengan a bien utilizar los recursos de forma apropiada con el fin de poder preservar uno de nuestros mejores valores. Estos momentos son los que exigen profesionales excelentes y gente que sepa aportar ideas y medidas acordes a la exigencia de sus responsabilidades. Quizás sería bueno implementar la figura del “Coach” como apoyo a las personas con cargos de responsabilidad, instituciones y organizaciones.
¡Gracias y mil veces gracias Mª Jesús!
Namaste.
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