La violencia nunca es un recurso, es el resultado de la ausencia de los mismos.
Cuando utilizamos la violencia, implícitamente reconocemos nuestra inferioridad, nuestra frustración, nuestra insuficiencia, nuestra incapacidad de autocontrol y sobre todo, nuestra carencia de inteligencia emocional.
La violencia no tiene justificación. Podemos comprenderla al asociarla a un determinado nivel de evolución, a las experiencias que comportará a aquellos que la utilicen e incluso a los damnificados, pero aun así, será siempre ejemplo de lo que no debe de ser y motivo de reflexión y aprendizaje para aquel que no ha sabido controlar sus emociones.
A las personas las conocerás por sus actos...pues estos serán las palabras más contundentes.
Namaste.
Jordi
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