Crea tu Vida. Jordi Planes

Crea tu Vida. Jordi Planes
CREA TÚ VIDA: la inteligencia emocional, la PNL (Programación neurolinguística), el Rebirthing y técnicas de Coach, como herramientas de crecimiento personal.

martes, 20 de julio de 2010

Reflexiones

La Iglésia Católica define el infierno como la ausencia de Dios.
Aunque el concepto es erróneo (puesto que Dios está en todo) el mensaje encierra mucho significado...vivir el infierno es vivir la pérdida de alguien a quien amas, vivir la desesperación de pensar que no lo tienes a tu lado, que no lo vas a volver a ver ni vas a poder compartir nada de lo que os unía...pensar que todo es absurdo, que nada tiene sentido, que nada vale la pena...desear no existir...
Una reflexión cargada de emoción y de un profundo dolor. Una reflexión que me han compartido desde el dolor de la pérdida de un hijo y desde la impotencia y la desesperación que desgarran el corazón y no dan aliento a la razón.
Desde nuestra realidad, desde nuestra percepción, el dolor nos enseña las leyes de un mundo (el nuestro, el de las emociones) que está lleno de limitaciones y que no nos permite ver un Universo donde el tiempo no existe, donde la unión es total y la memoria infinita.
Nuestro mundo es una escuela, un lugar de paso donde el Ser encarna con el fin de aprender...la enfermedad y la muerte son los maestros más duros, los que dejan una huella más profunda, los que imprimen un mensaje más contundente y los que rompen los esquemas más rígidos.
El desapego y la aceptación son la medicina, pero es una medicina de muy difícil adquisición.
El dolor de la pérdida nos acompañará siempre, como el recuerdo de lo vivido, como lo harán las ilusiones rotas.
Pensar que lo vivido fue un regalo y una muestra de lo que nos queda por vivir quizás no sea consuelo, pero nos muestra una realidad: nada es para siempre, sólo el amor lo puede todo.
El amor mantiene el recuerdo, el amor revive experiencias, el amor intercambia diálogos, sensaciones y emociones. El amor puede volver a crear y desde él puedes volver a ser.
Todos venimos al mundo con nuestro libro personal, todos tenemos una historia que vivir...sólo podemos aceptar esta realidad y aprender a vivir el ahora, el presente como si fuese lo único que tenemos, como si fuese un tesoro, un regalo de la creación.
Todo lo que compartimos con los demas es un regalo y lo que compartimos con los que amamos es todavía más: una bendición.
Dure lo que dure ese compartir...nos acompañará toda la eternidad.
Estamos más unidos de lo que nos pensamos...repetimos historias, nos volvemos a encontrar, vida tras vida...y en ese compartir nos ayudamos a crecer.
Intercambiamos papeles, como los actores que interpretan sin cesar...buscando su excelencia, buscando su luz.
Aprender a compartir: lo bueno y lo malo, el llanto y la risa, la fuerza y la debilidad...eso nos enseña a amar.
Desearía poder borrar el dolor de este mundo, pero igual sólo lograría llevarlo a otro.
Que Dios nos de la fuerza para aprender de cada experiencia y nos permita saber entregar lo mejor de nosotros mismos.
Dedicado a ti, LOLA.
NAMASTE,
JPR

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