Un artículo y enlace enviados por Carmen Trujillo -Málaga-
La verdad es que para ser feliz sólo tenemos que disfrutar de cada momento que compartimos, saber aprovechar de cada persona el tesoro de su compartir, el reflejo de sus ojos, la alegría de una sonrisa, la trascendencia de una reflexión e incluso el descargo de una reivindicación...todo forma parte del regalo de la mágia universal: la vida.
Sólo a través del servicio verás la verdadera felicidad...sólo entregandote a los demás te liberarás de toda carga terrenal.
Según el biólogo y monje budista Matthieu Ricard, la felicidad no es una sucesión interminable de placeres que terminan por agotamiento, sino una forma de ser. Y si es así, ¿no deberían nuestros hijos aprender en el colegio a ser felices? ¿No es acaso lo que desea cualquier madre o padre de hoy en día? Para permitir aflorar la compasión y la naturaleza buena que todo ser humano lleva dentro, la ciencia está descubriendo los beneficios de la meditación. Aprender a meditar puede ayudarnos a convivir con una mente más clara y más hábil a la hora de lidiar con las emociones negativas y fomentar las emociones positivas.
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