Sería imprescindible incluir las asignaturas de ética e inteligencia emocional en la formación de nuestros hijos...ellos serán los adultos de mañana y en sus manos estará el devenir de la sociedad.
Si bien hemos vivido épocas de represión, marcadas por la culpa y el miedo a errar; no hemos de caer en el error de una educación sin límites, donde el liberalismo se confunda con "anarquismo" en el sentido literal de la palabra.
Enseñar a respetar las normas, inculcar el respeto hacia los demás, potenciar la sensibilidad hacia otras realidades y facilitar una educación basada en la honestidad y el respeto, debería de ser un objetivo prioritario no sólo de los políticos, sino de todos nosotros como protagonistas de nuestra sociedad.
Sólo desde el respeto y la comprensión podremos ser capaces de discernir con objetividad.
JPR
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