Recomendaciones saludables.

Los radicales libres y su repercusión en la salud. Los radicales libres son elementos químicos cargados o no, que tienen en su estructura un electrón desapareado. Su naturaleza le lleva a buscar una configuración estable (menos reactiva) y para lograrlo irá reaccionando con otras moléculas, provocando reacciones en cadena y cambiando configuraciones. Su actividad causa daños biológicos: proceso oxidativo, formación de células en lugares no adecuados, influencia en el organismo y repercusión directa en el rendimiento de los órganos. El ser humano no está exento de la presencia de estos radicales: factores como la edad (a partir de los 35 años); el tabaco (por la acción de la nicotina, el alquitrán y los productos químicos que se desencadenan en su combustión); el alcohol, sobre todo licores y destilados de alta gradación, que afectan al organismo inhibiendo la acción de los antioxidantes naturales; las drogas (adicción a fármacos, productos químicos, manipulación de alimentos, etc.); una dieta desequilibrada, donde haya un excesivo consumo de grasas (generan peróxidos lipídicos), donde la proteína animal sea su principal aporte de nutrientes (su metabolismo genera una elevada producción de nitrógeno en el organismo. Este nitrógeno generará acidosis y un Ph más ácido que repercutirá en el rendimiento de los órganos); una excesiva exposición a la luz del sol y a los rayos ultravioleta; la contaminación ambiéntela y todas las situaciones que dificulten una respiración armónica (deportes de riesgo, deportes de alta montaña…) favorecerán la aparición de estos radicales libres en el organismo. Consecuencias: Una sensación constante de fatiga, una peor respuesta inmunitaria, un envejecimiento más pronunciado y la consiguiente aparición de los signos externos (pronunciamiento de las arrugas e incremento de las mismas, deshidratación de la piel, manchas en la piel…) y sobre todo, una mayor probabilidad de generar disfunciones orgánicas. Prevención: Incluir hábitos alimenticios saludables: consumir frutas y verduras, preferiblemente las de temporada, tomando dos o tres piezas por día. Reducir el consumo de producto animal (sobre todo mantequillas y carnes rojas). Incorporar el consumo de fibras en la dieta diaria (favorece el tracto intestinal y la correcta asimilación de nutrientes) Dar prioridad a métodos de cocción más saludable: cocina al vapor, plancha…evitar los fritos. Beber al menos 1,5l de agua de baja mineralización diariamente. Incluir actividad física diaria (estiramientos, yoga, running, patinaje, ciclismo, natación…) preferiblemente ejercicio aeróbico. Evitar sobre exposiciones al sol y utilizar siempre cremas protectoras. Tomar aportes vitamínicos si la dieta es deficiente. Consumir diariamente un suplemento de vitamina C: nos ayudará a fortalecer nuestras defensas (más inmunes a resfriados, gripe y procesos alérgicos) y es un antirradicales libres muy potente. Incluir la ingesta de kefir en nuestra dieta: La doble fermentación láctica y alcohólica del kéfir es lo que le confiere las características organolépticas que le distinguen del yogur. El Kefir Mejora en la capacidad de asimilación de los alimentos, regula el tránsito intestinal, fortalece las defensas frente a infecciones tanto víricas como bacterianas y reduce los niveles de colesterol y el riesgo de padecer cáncer de colon. Incluir también en la dieta la ingesta diaria de levadura de cerveza y germen de trigo, como complementos dietéticos que mejorarán nuestra estado de ánimos, potenciaremos la calidad de las uñas y del pelo. Sustituir la leche por la bebida de soja enriquecida con calcio: sobre todo beneficiará a las mujeres, puede reducir el riesgo de formación de quistes ováricos y beneficiar a las glándulas mamarias. La inclusión en la dieta de las “algas” Kombu, Arame e Iziqui, también es muy recomendable, por todos los minerales que aportan al organismo. La toma de té verde ayudará a eliminar el exceso de grasa de la dieta y tiene efectos beneficiosos en el proceso antioxidante. Espero haber despertado vuestro interés en el cuidado dietético e incorporar hábitos más saludables a vuestra vida, con el fin de aportaros mayor bienestar y felicidad.