El ego: instrumento de crecimiento y objeto de limitación.

El ego: instrumento de crecimiento y objeto de limitación. Cuando no describes el mundo con nombres y etiquetas, recuperas la sensación de lo milagroso que se perdió hace mucho tiempo (esta es una de las funciones de los ejercicios de “Un curso de milagros”) Con la conexión con el cuerpo mental y su identificación con la mente, el ser incorporó un falso sentido del Yo: el ego. Muchas personas intentan parecer lo que no son, interpretan papeles donde el ego adopta falsos yo, mimetizan a su superior, copian tics de los clientes, imitan a los amigos o se identifican con las tendencias y gustos de la persona con la que tienen un interés particular con el fin de poder conseguir sus objetivos, sentirse más aceptados, mejor valorados o poder proyectar un valor social mayor. Estas personas viven de espaldas a su propia realidad, interpretan falsos “yo”, con lo que irradian la falsedad del ser y finalmente son rechazados por una mayoría de la sociedad (más sensible, intuitiva o auténtica). El camino hacia la excelencia personal requiere una identificación total con tu propio Yo, una actitud exquisita destinada a la aceptación personal y a la autoestima. Sólo desde la aceptación personal y la autoestima seremos capaces de aceptar a los demás y ofrecerles un verdadero amor.