Pensamientos para la excelencia.

"Perdono a mis padres y me siento libre para amarme".

Louise L. Hay

Aunque no lo creamos, nuestra vida está condicionada por las experiencias del pasado. Cómo fuimos concebidos, la educación que recibimos, las afirmaciones o negaciones de nuestros padres, lo que nos “coartaron” o “apoyaron”, el amor que nos dieron o el amor que nunca recibimos, los reproches, “el incesto emocional”, su sacrificio o su manipulación. Todo nos ha generado una forma de ver la vida, de sentir las emociones, de reaccionar ante la adversidad y de valorar lo que nos sucede. Sentimientos como la ira, la tristeza o la alegría y el entusiasmo, guardan una relación muy directa con nuestra niñez. Sea como fuera, saber agradecer las experiencias, comprender las causas y perdonar desde el corazón, abrirán nuestro Ser a una nueva dimensión. Una dimensión que nos convertirá en seres “responsables”, “comprensivos”, seres guiados por la energía del amor, libres de resentimientos y de dolor. Seres más bellos, puesto que nuestra vibración no tendrá asincronías. Como dice Eduard Punset en su libro “El Viaje al Poder de la Mente”, si la felicidad es la ausencia de miedo, la belleza es la ausencia de dolor.

JPR