Frases Célebres sobre Madres.

El corazón de una madre es un abismo profundo en cuyo fondo siempre encontrarás perdón.

Honoré de Balzac.

M: por maternidad.

A: por Amor.

D: por la dedicación y por el deber.

R: por responsabilidad y por el gran respeto que merece su figura y su función.

E: por especial, entrañable y esencial.

Una madre es capaz de dar todo sin recibir nada. De querer con todo su corazón sin esperar nada a cambio. De invertir todo en un proyecto sin medir la rentabilidad que le aporte su inversión. Una madre sigue teniendo confianza en sus hijos cuando los demás ya la han perdido.

Ser madre es una condición del Ser, una virtud del Alma, un propósito más allá de la experiencia vivencial. Ser madre antes que mujer, implica trascender el hecho fisiológico y conectar con el Alma Universal que colma de amor incondicional, que otorga paciencia sin igual e infunde una intuición especial. La madre que todo lo da, la madre que no exige ni pide por su amor y dedica con tesón su vida y su emoción a los hijos que alumbró o a los seres que cuida sin distinción. Cuando ves a una madre de verdad, cuando sientes su indómita condición, su fuerza y su tesón, no queda más que agradecer su compartir, pues ella es una bendición. Dedicado a todas las madres que entregan lo mejor de su Ser, con amor, con pasión y con su mejor voluntad. A las mujeres que entregan su vida a una condición que colma el mundo de amor y transmite ternura y compasión. A las mujeres que no confundieron su ambición y supieron elegir el Ser antes que el tener. A las mujeres que lo entregan todo por amor. A las mujeres que saben discernir lo importante de lo deseable. A las mujeres que sin ser madres de “condición” actuaron como madres desde el corazón.

A las mujeres que pronto serán madres. A todas las madres, porque de su implicación nace la vida cada día y vive el ser su evolución. A todas las madres, porque sabiéndolo ser o no, han ofrecido su vida y su condición a una responsabilidad sin igual. A todas las madres que han sufrido por sus hijos, que han llorado y luchado, que han rezado y suplicado, que han llegado hasta el fin por un amor, por un compartir y que la vida ha sabido escuchar y que el destino sabrá compensar. A todas las madres mis mejores deseos y mi admiración. A Ruth, mujer de mi vida…madre de mis hijos…por su entrega, por su indómita condición y por su compartir. Por haberme permitido vivir la magia de la paternidad, por compartir la experiencia de la maternidad, desde la renuncia, la entrega y la incondicionalidad.

Por el milagro de la vida. A todas las madres, NAMASTE.

JPR