Crea tu Vida. Jordi Planes

Crea tu Vida. Jordi Planes
CREA TÚ VIDA: la inteligencia emocional, la PNL (Programación neurolinguística), el Rebirthing y técnicas de Coach, como herramientas de crecimiento personal.

martes, 6 de abril de 2010

Las empresas marcan el talante de la sociedad:

Las empresas son espacios transnacionales. Su visión marca la realidad de nuestra sociedad, incide en su nivel social y determina su filosofía. Los valores relativos a la fidelidad, al compromiso y al respeto hacia los empleados, que caracterizaba a las empresas en la generación de los 40 a la de los 80, marco los valores de varias generaciones, donde la fidelidad conyugal, el cuidado de la familia, el respeto por la gente mayor y la educación a los niños -desde las normas de educación hasta la ética- conformaban los principios de una sociedad donde el sacrificio y la ilusión conjugaban los verbos felicidad y bienestar. Hoy en día, muchas empresas han perdido el valor moral y lejos de ser un referente social, se han convertido en marcadores conductuales a colación de la gran influencia que transmiten a las personas que trabajan en ellas. Sus máximas son el beneficio, los márgenes y la cuota de mercado, todo en pos de una rentabilidad atractiva para un accionariado ávido de beneficios…infectado por el virus de la avaricia y el egoísmo. Pongamos un ejemplo del modelo empresarial que todavía coletea en la actualidad: “La cultura del miedo”. El miedo transmite inseguridad laboral, esta inseguridad genera incerteza consumidora. Un malestar personal que se trasciende a la vida personal, creando realidades donde un ambiente “enrarecido” y la tensión son los denominadores comunes del compartir familiar…esto se traduce en distanciamiento, reproches, pérdida de confianza y desencanto personal… Por lo tanto no es de extrañar que nuestra sociedad esté viviendo la desestructuración familiar, la pérdida de los valores, la infidelidad conyugal, poco compromiso laboral y todos los ejemplos que podamos incluir. Si nos centramos en nuestro modelo empresarial: ¿Qué podemos esperar de una organización como la CEOE, donde su presidente D. Gerardo Díaz Ferran incumple con sus obligaciones empresariales, se ríe de la sociedad (véase el caso Air Comet) y aboga por la destrucción de los puestos de trabajo sin compensación económica y sin la menor consideración por el impacto social? ¿Podemos hablar de valores empresariales? ¿Podemos hablar de valores espirituales en el mundo de la política?...o la espiritualidad es patrimonio de los “idealistas” que viven de hipótesis basadas en conceptos idílicos e irrealizables. ¿Es lícita la especulación financiera? ¿Es realmente aceptable el riesgo en pos de un beneficio especulativo? ¿Ha de asumir la sociedad (el Estado) las pérdidas económicas de los accionistas que se han visto “pillados” por los declives financieros de las grandes financieras y bancos? ¿No tocaría un nuevo modelo económico, donde los inversionistas estén comprometidos con los valores de la sociedad? ¿No sería más lícito que el objetivo de la inversión fuese el beneficio del grupo en lugar del exclusivo beneficio individual? ¿Es razonable que el sostenimiento de departamentos tan importantes como el de Sanidad estén básicamente financiados por la resultante del iva recaudado de la construcción? ¿Es el sector de la construcción un sector modelo de honestidad y transparencia? ¿Es el modelo político un modelo ejemplar? Quizás en un nuevo modelo político, donde el sistema de listas abiertas prime la valía personal en pos de la disciplina de un partido, podría ayudar a un modelo más sostenible. Quizás una auditoria personalizada de todo aquel que forme parte de un gobierno o administre los bienes públicos también podría ayudar a filtrar a aquel oportunista que busca en la política una vanidosa oportunidad. Nos toca reflexionar…y como la reflexión no ha sido una iniciativa voluntaria, para eso nos ha venido a ayudar la “Crisis”. Nos toca recuperar los valores, pero recuperarlos desde la “interiorización”. Nos toca consolidar un modelo social más justo, más honesto, más solidario y más centrado en los valores morales y personales. La revolución sólo será posible si desde cada uno de nosotros reconstruimos nuestros criterios de valoración, nuestra forma de comunicar, nuestra forma de valorar a los demás y dejamos de querer tener con el fin de permitirnos ser.
JPR

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