Las dificultades, las ostras y las perlas.

Una vez escuche una reflexión que caló hondo en mí: era a modo de metáfora y me gustaría compartirla. Las dificultades, la ostra y las perlas. Las perlas, estas piedras preciosas con las que se diseñan collares, pulseras y joyas que engalanan la elegancia de la mujer, son el fruto de la alquimia. Una alquimia que convierte un hecho desagradable en una bella creación. La realidad de la perla sobreviene de un esfuerzo de superación. La ostra, molusco lamelibranquio marino, que vive adherido a las rocas del fondo del mar, tiene entre sus males o sufrimientos, el que un grano de arena se introduzca en su interior…no podrá expulsarlo, ni tan siquiera eliminarlo…sólo le queda una opción para poder sobrevivir: transformar el inconveniente en ventaja. Así pues, la ostra utilizará todos sus recursos en lograr transmutar la situación. Para ello utilizará una sustancia que genera en su parte interna: se trata de una sustancia lustrosa llamada “Nácar”, que irá recubriendo la arena, limando sus asperezas, eliminando su acción nociva y creando una forma de apreciada belleza y valor: “la perla” Sólo las ostras que han sufrido son capaces de tal creación. Sólo las ostras que han dedicado su esfuerzo y esmero en transformar una situación negativa en positiva son capaces de crear algo de valor. Si las ostras, con todas sus limitaciones son capaces de tal “milagro”, que no podemos ser capaces de crear los seres humanos. Mira donde está tu grano de arena y transfórmalo en perla. Desde el amor, todo es posible.