"La vida es como el mar. Cuando piensas que lo tienes todo controlado, llega un Tsunami y descompone tu realidad".
Si te fijas en las experiencias que nos ofrece la vida, te darás cuenta de que pretender tener controlado todo no tiene sentido. La línea que divide la alegría de la tristeza, la tranquilidad de la angustia, la confianza de la incertidumbre es realmente muy pequeña.
Lo único que podemos hacer es tener una actitud positiva, una actitud que nos ayude a comprender, a aceptar y a luchar por recuperar nuestra mejor versión, incluso después de las situaciones más adversas, de los contratiempos más inesperados.
Somos actores de la mejor obra jamás escrita. Somos protagonistas de una historia de amor fugaz. Somos hijos del amor, buscadores de la felicidad, estrellas de carne y hueso que buscan la luz, ajenos al reflejo del propio resplandor.
Abandonemos el control y aprendamos a fluir.
Namaste.
Jordi.
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