Cuando aceptas todos los contratiempos que la vida nos presenta, cuando puedes apreciar lo positivo de cada experiencia y fluir entre el júbilo y la tristeza, sin identificarte con ninguno y sin apegarte a ningún estado que proporcione cualquiera de los dos extremos, entonces gobernarás tu realidad y habrás alcanzado la libertad.
Si te entregas en cuerpo y alma al momento presente, aprendes cada una de las lecciones, sin juzgar, sin sufrir, sin disfrutar...simplemente vibras, fluyes, sientes.
La felicidad conlleva bienestar.
Como bien dice el Vedanta Sutra:
"La felicidad que se debe a una razón es solo una forma de desdicha".
Namaste.
Jordi.
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