Epicteto (55-135)
Casi dos mil años nos separan de un hombre cuya resiliencia le llevó a inspirar a la humanidad. Sus pensamientos y sus reflexiones son tan actuales como la de la mayoría de los filósofos, lo que nos lleva a la conclusión de que el Ser humano va más allá de las circunstancias y de que aprende poco a poco.
El Alma es inmortal y el aprendizaje Universal.
Somos hijos de Dios y aunque el concepto pueda relacionarse a la Iglesia, su esencia trasciende cualquier tendencia, grupo, organización o mundanal interés.
Cuando aprendamos a sentirnos parte de Dios, -del Universo, de la energía cósmica... en lugar de sentirnos separados de él, veremos como la fe nos dará fuerzas y nos ayudará a conectar con nuestro propósito de vida.
Incorpora este pensamiento a tu cotidianidad. Toma conciencia. Da gracias por cada día, por cada experiencia, por cada momento.
Deja de juzgar, de criticar, de culpar a los demás.
Trabaja en ser mejor, esfuérzate, pon tu corazón en ello.
Como dicta un proverbio Zen:
Antes de la iluminación, cortar leña, llevar agua.
Después de la iluminación, cortar leña, llevar agua.
Cuando haces lo correcto, tu conciencia te regala paz.
Cuando haces lo adecuado, tu corazón te regala amor.
Namaste.
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