Todo cuerpo al detenerse es atraído por una fuerza de mayor densidad. No es una fuerza en sí, sino una manifestación de la distorsión de la geometría espacio-tiempo.
El descanso no es estancamiento ni detención, es recogimiento y regeneración.
Cuando nuestro Ser se detiene, cae en la rutina y la cotidianidad, deja de esforzarse y de mejorar como tal. La desidia apaga la creatividad y las fuerzas degeneran.
Foto: Janira Planes Frías.
Necesitamos disponer de un tiempo para el trabajo y de un tiempo para el descanso. El descanso nos aportará energía, claridad de pensamiento, liberándonos de tensiones y de rutinas perniciosas.Así pues, aprovecha bien tus descansos, permite que estos inspiren tus obras y te recargue de energías para reemprender tu actividad.
Innova, deja aflorar tu creatividad, cambia rutinas e intenta mejorar todo lo que sea susceptible de mejora.
Sólo estando en movimiento podemos evitar la atracción de las energías más densas.
Namaste.
JPR
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