
Esto sucede gracias a la Ley de la Recurrencia: la ley que hace efectiva la repetición de acontecimientos y vuelvan así a reproducirse experiencias que dejamos inconclusas, aunque con protagonistas distintos y momentos separados por el tiempo.
La Ley de Recurrencia, opera con los principios de la Ley de Atracción, ergo complementa cualquier vacío que hayamos obviado de una experiencia cualquiera y que siga vigente a nivel inconsciente.
Por ello, la experiencia (repetida) nos está demandando una actitud positiva que trascienda el artificio de la conexión.
La vida compone continuamente situaciones negativas, tanto a nivel emocional como a nivel material...y su objetivo no es otro que el de hacernos tomar consciencia del hecho e implicarnos en su resolución.
Todo ello nos da pistas sobre nuestro mapa existencial y sobre las consecuencias de nuestras experiencias, concretamente de la relevancia de nuestras actitudes.
La vida es sólo un día de nuestra inmortalidad.
Namaste.
JPR
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