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Feng shui El Feng Shui es una ciencia que estudia el equilibrio de lo que el hombre crea con lo creado –la naturaleza-. Es una disciplina milenaria que nos explica de forma razonable y concisa, como combinar los elementos en nuestro hogar, nuestro trabajo y en nuestra vida diaria. Hoy nos centraremos en un aspecto fundamental del Feng Shui: la importancia de los colores y del efecto que estos pueden tener en nuestro campo vibratorio: Todos los elementos son importantes y todos ejercen una influencia en el entorno, no sólo las paredes, sino también los muebles, los elementos decorativos e incluso - por ejemplo-, los complementos que conforman la preparación de una mesa: Los colores derivados del naranja: durazno y salmón, integran y favorecen la comunicación. El color rojo estimula el apetito y acelera los procesos. El color verde crea una atmósfera informal, lúdica, de compañerismo: es un color sanador que además contribuye a generar empatía. El color azul inhibe el apetito, úsalo si quieres adelgazar. El color púrpura indica un evento especial, úsalo para cenas íntimas y aniversarios. El color blanco indica protocolo y formalidad. Cuanto más elaborado y completo sea el servicio de mesa, más prolongada será la comida y la sobremesa. Evitar en el comedor: Que la mesa se convierta un depósito de objetos varios. Que la Iluminación sea demasiado intensa. Revestimientos de piso muy fríos ( por ejemplo, mosaicos) El color es una parte importantísima de nuestra percepción, calculándose que el 60% de nuestras decisiones se basan exclusivamente en el color.

El color es literalmente una forma de energía ya que cada uno de los colores que vemos es en realidad una onda electromagnética de una longitud determinada. Por lo tanto los colores, más allá de su aspecto estético, influyen sobre nuestro estado de ánimo. Por otro lado, los colores son una forma de representar también a la energía de los 5 elementos del feng shui (Fuego, Tierra, Metal, Agua y Madera). Teoría de los Cinco Elementos: Esta teoría es uno de los pilares del Feng Shui e incluso de la astrología y la medicina China, esta universalidad nos permite utilizarla de manera "transversal" es decir, como un medio de relacionar colores, formas, orientaciones e incluso órganos del cuerpo. Las orientaciones, por ejemplo, pueden servir para elegir el color más afín a cada casa, según hacia qué punto cardinal se oriente su fachada. Cuando queramos ambientar un dormitorio, tendremos en cuenta los elementos predominantes de carácter relativos a la persona o personas que lo utilicen. FUEGO: Personas dinámicas, exuberantes, extrovertidas y agresivas, propensas al stress y a los excesos. Se benefician con tonos ocres y azules. TIERRA: Personas equilibradas, hogareñas, diplomáticas, cálidas, conservadoras, obstinadas. Se benefician con el color blanco y tonos de verde. METAL: Personas refinadas, inteligentes, observadoras, más introvertidas que extrovertidas, competitivas, detallistas. Se benefician con el color azul o el rojo. AGUA: Personas sensibles, introvertidas, emocionales, profundas, depresivas, pasivas. Se benefician con el color verde y los tonos terrosos. MADERA: Personas inquietas, innovadoras, cambiantes, amantes de los juegos y la diversión, artistas, artesanos. Se benefician con los rojos y con el blanco. Los 5 elementos y colores básicos. Fuego Rojos, anaranjados, rosa. Tierra Marrones, beiges, amarillos. Metal Blancos, dorados, plateados. Agua Azules, negros. Madera Verde. ¿Que colores utilizo en las zonas de mi casa? No deberemos de ser rígidos en este aspecto y hemos de tener en cuenta que lo que nos dicta la intuición en ese momento tendrá sus razones (quizás por conexión o quizás por una gran desconexión, pero en ambos casos tendremos una lección que aprender) El color de la personalidad y las habitaciones. En general las personas nerviosas, hiperactivas, dispersas o excitables tienen que evitar colores en exceso Yang: Rojos, amarillos, anaranjados o muy chillones. Son más acertados colores neutros y suaves que serenan y tranquilizan. Las estadísticas observan que los automóviles más accidentados son de color rojo, la relación estrés y rapidez es patente. Si la habitación la ocupa una persona tímida, apática, friolera o con tendencia a la depresión evitaremos colores muy Yin. El negro, el azul oscuro, el verde sin luz, o tonos grises hundirían a la persona mas profundamente. Los colores más cálidos representados en la primavera como los salmones, amarillos, o tonos luminosos pueden estimular el movimiento y resultar adecuados. Nunca pondremos colores que nos disgusten o que no nos hagan sentir cómodos, por muy aconsejados que sean por el Feng Shui, ya que el mismo Feng Shui desaconseja dicha práctica. Recordar que los colores a menudo, hablan sobre la salud y el estado de ánimo de las personas. Es difícil ver a un niño lleno de juventud y vitalidad con tonos grises y oscuros, o una persona deprimida con tonos primaverales y alegres, así mismo una vivienda también se viste con determinadas ropas según las personas que la habitan, y un buen consultor de Feng shui, no debe desaprovechar la oportunidad de valorar el color y luminosidad de un espacio. Aplicar el Feng Shui a nuestras vidas siempre aportará armonía y con ella bienestar. La prosperidad no es más que el logro del bienestar físico, psíquico y espiritual. Cada día hay más personas que tienen en cuenta las energías a la hora de crear y cada vez será más importante conseguir el equilibrio personal adecuándolo al global. Las ciencias orientales no son un modismo snob, son el fruto de miles de años de estudio y dedicación de una civilización que albergó una cultura y una sabiduría dignas de admiración.

JPR