Crea tu Vida. Jordi Planes

Crea tu Vida. Jordi Planes
CREA TÚ VIDA: la inteligencia emocional, la PNL (Programación neurolinguística), el Rebirthing y técnicas de Coach, como herramientas de crecimiento personal.

domingo, 13 de junio de 2010

Artículos interesantes

¡Que todos los seres sean felices! Los amos del Mundo / Arturo Pérez- Reverte Artículo premonitorio del escritor y periodista cartagenero Arturo Pérez-Reverte, publicado en "El Semanal" el 15 de noviembre de 1998, y que ahora, diez años después, se revela como una auténtica profecía. Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o de un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio -o al revés-, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo. Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará a usted el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo; porque siempre ganan ellos, cuando ganan, y nunca pierden ellos, cuando pierden. No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tiene que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder; el riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja. Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces - ¡oh, prodigio!- mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros. Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la pagan con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con sus puestos de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida. Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza. Crisis versus mutación: No estamos ante una crisis, sino en una mutación histórica del sistema vigente Se habla sin parar de crisis y de la crisis. Pero, ¿de verdad estamos ante una crisis?. Se plantean seguidamente algunas reflexiones a propósito de este interrogante: 1. Lo que actualmente se llama “crisis”, no es tal. No se trata de una crisis, sino de una mutación histórica del sistema socioeconómico vigente. No es, por tanto, algo pasajero o cíclico, sino una nueva fase, probablemente muy prolongada, en el devenir del propio sistema. 2. El sistema socioeconómico imperante cuenta, desde su origen hace varios siglos, con varias señas básicas de identidad: Mercantilismo. Prioridad del valor de cambio y marginación del valor de uso, lo que pone en solfa cualquier verdadera escala de valores. Maximización del beneficio como objetivo central. No atención a la distribución social de la riqueza (propiedad privada, acumulación del capital,…). Despreocupación ecológica (la Naturaleza y el planeta en su conjunto están al servicio del objetivo de maximizar el beneficio). Geoestrategia expansionista, incluso mediante confrontaciones bélicas. Fomento entre los seres humanos de una visión egocéntrica, del mundo y de su propia vida, encadenada a una mal entendida mentalidad “racionalista” y ajena a cualquier sentido trascendente de la existencia. Sometimiento de la ciencia y los adelantos técnicos a los dictados de la maximización del beneficio, la geoestrategia expansionista y la visión egocéntrica. 3. Sobre estas bases, el sistema se ha desarrollado y desplegado en tres grandes fases: A) Siglos XVII y XVIII: Característica básica: mercantil (creación y ampliación de mercados). Eje sectorial: comercio. Agente hegemónico: comerciante. Geoestrategia: conformación de mercados regionales y nacionales. Perfil institucional: instituciones predemocráticas. Referente territorial: Europa. Arquetipo: roedor (ardilla, ratón,…). B) Con y tras la Revolución Industrial (siglos XIX y XX): Característica básica: productivismo (maximización de la producción y la productividad). Eje sectorial: industria. Agente hegemónico: empresa. Geoestrategia: colonialismo y configuración de mercados internacionales. Perfil institucional: instituciones democráticas. Referente territorial: Europa - Norteamérica. Arquetipo: gran mamífero (león, tigre,…). C) Con y tras la Revolución Tecnológica (siglo XXI): Característica básica: especulación cortoplacista (mayor beneficio posible en el menor tiempo posible). Eje sectorial: financiero (el dinero ya no es un velo que, como creían los economistas clásicos, cubre la economía, sino que se ha transformado en la esencia de la economía como tal; y los antes “intermediarios” financieros –bancos- han pasado a ser los líderes del sistema, la máxima autoridad ante la que todos los demás resortes económicos y de poder se pliegan). Agente hegemónico: banca. Geoestrategia: globalización y conformación de mercados globales. Perfil institucional: instituciones postdemocráticas (decisiones económicas en función de la “mano invisible” sobre la que escribió Adam Smith en el siglo XVIII; superación de los Estados-Nación y paulatina instauración de formulas organizativas supranacionales de contenido puramente económico y vacías desde una perspectiva política –democrática- y social). Referente territorial: Norteamérica-Extremo Oriente. Arquetipo: reptil (cocodrilo, lagarto,…). 4. Si se suma todo lo expuesto, así puede definirse el sistema actual, tras la última mutación que ha experimentado: Mercantilista. Prioridad absoluta del valor de cambio y ausencia de escala de valores y planteamientos éticos. Acumulación de la riqueza por una élite transnacional que sigue pautas depredadoras reptilianas (un león ataca si tiene hambre o para defenderse; un cocodrilo ataca siempre, aunque esté saciado y no se le amenace). Maximización del beneficio: mayor beneficio posible en el menor tiempo posible, sin atención alguna a la distribución social de la riqueza ni a los impactos a medio y largo plazo (los sentimientos no existen y si alguna vez se expresan emociones son, realmente, “lágrimas de cocodrilo” con las que avanzar en objetivos cortoplacistas). Despreocupación ecológica. Fomento entre los seres humanos de una visión egocéntrica del mundo y de la propia vida. Sometimiento de la ciencia y la tecnología a los objetivos del sistema. Característica básica: especulación. Eje sectorial: financiero. Agente hegemónico: banca internacional. Geoestrategia: globalización. Perfil institucional: supranacionalismo global y no democrático (los gobiernos “democráticos” reducen su papel a meras marionetas del verdadero poder económico-financiero global, al que quedan sometidos los Estados-Nación -con ellos, los ciudadanos- mediante la bancarrota de las Haciendas Públicas y la acumulación de enormes volúmenes de deuda pública que ese poder se encarga de provocar, alimentar, financiar y refinanciar). 5. Este es el nuevo escenario que ha tomando cuerpo a escala global: Instrumentalmente, utiliza el eje Norteamérica (Estados Unidos) - Extremo Oriente (China) como referente geopolítico y territorial para su afianzamiento y expansión, lo que va unido a la marginación de Europa y el vaciamiento efectivo y premeditado de la Unión Europea, que vivirá un proceso de nítido empobrecimiento y desarticulación del llamado Estado del Bienestar. No obstante, el sistema carece realmente de preferencias territoriales, salvo las que derivan de sus actuaciones especulativas y cortoplacistas, lo que provocará escenarios cambiantes de política internacional y el uso premeditado y selectivo de las contiendas bélicas, locales y globales, en la dinámica especulación-acumulación. Los avances tecnológicos quedan al servicio de esa misma dinámica, de modo que su rentabilidad no es ni será la socialmente deseada (energías libres, economía de la abundancia,…), sino la que interesa a la élite dominante (economía de la escasez, sometimiento del complejo científico-tecnológico a los requerimientos de maximización del beneficio y aprovechamiento privativo de los adelantos e innovaciones). 6. ¿Qué hacer? Antes de plantearse esta cuestión –y sus posibles respuestas- hay que asumir e interiorizar que no estamos ante una crisis, sino en una mutación del sistema dominante que lo ha transformado en absolutamente depredador en torno al eje globalización-especulación. Hasta que individual y socialmente no haya consciencia de esta realidad y de sus impactos directos, sopesar el qué hacer será un ejercicio inútil. Y, por supuesto, no caer en la trampa de pensar de manera voluntarista que pasado un tiempo, uno o más años, las aguas volverán a su antiguo cauce. Una crisis es reversible; una mutación, no. Nuestra Obra Social: web.- www.cepaluz.comTelf.- 958.580702
Este artículo ha sido remitido por CEPA.

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