Esta mañana he salido a correr con mi mujer. Hacía un bochorno considerable. Las nubes cubrían el sol, impidiendo ver su brillo, pero permitiendo que el calor abrazara nuestro ser.
Después de unos 10 quilómetros me he sentido desfallecer. He bebido agua, me he remojado y he continuado corriendo...a unos dos quilómetros he tenido que detenerme. Mi energía estaba al límite, como el símil de las baterías del Iphone, estaba en una línea en rojo. Me he parado, he respirado profundamente, he mirado tres segundos al sol y he abierto los brazos, inspirando con profundidad, abriéndome a recibir su energía. He sentido com mi energía, al igual que las baterías mencionadas, iba creciendo...naranja, verde y aumentando. cuando he visualizado que estaba por la mitad en verde, he inspirado profundamente, he dado gracias al sol y he reanudado mi carrera. He podido seguir sin problemas unos cuatro quilómetros más, que eran los que faltaban para finalizar el recorrido...después me esperaba un paseo por la orilla del mar y un agua cristalina y en perfecta calma, que nos ha brindado la oportunidad de bañarnos y disfrutar del momento. La belleza de lo sencillo, la genialidad de vivir el momento. Si tomáramos conciencia de nuestras posibilidades, dejaríamos de estar condicionados por el miedo y las inseguridades.
¡Creer es crear!
Namaste.
Jordi
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