La ilusión de que las ganancias personales se consiguen aplastando a los demás.
La tendencia a preocuparse por las cosas que no se pueden cambiar o corregir.
Insistir en que una cosa es imposible porque no podemos conseguirla.
No querer prescindir de preocupaciones banales.
Rechazar el desarrollo y el perfeccionamiento de la mente y no adquirir el hábito de leer y estudiar.
Intentar obligar a los demás a creer y vivir como nosotros.
Hace más de dos mil años nos limitaban las mismas alucinaciones que en la actualidad...el ser humano ha evolucionado, pero, a mi entender podríamos acelerar un poco nuestro crecimiento...la velocidad aquí si que parece un tanto limitada.
Como nosotros somos los creadores de nuestra realidad, personalmente pongo todo mi interés en lograr mis objetivos desde la filosofía de servir a los demás. Para ello me implico personalmente, desde el esfuerzo y la voluntad.
Pienso en cosas imposibles, porque sólo así se que lograré algo distinto...aportar alguna novedad a los demás que sirva para inspirar su vida y su poder personal.
No pierdo el tiempo en banalidades, bastante hay en la vida como para preocuparme por nimiedades. Ser sensible a la realidad de los demás y saber empatizar es una de mis prioridades...lo que no implica que todo valga ni que tenga que quedar bien con todo el mundo.
La lectura es uno de los regalos de la vida...compartes realidades, experimentas sin consecuencias y aprendes con toda comodidad.
Respetar la realidad de los demás es tan importante como respetar la tuya propia...si no te respetas, difícilmente respetarás a los demás. Empieza por quererte y verás como conectas con los demás.
Namaste.
JPR
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