Si nos fijamos en las personas que configuran nuestra realidad, seguramente podremos apreciar que la mayoría viven unas vidas lineales, ancladas en parajes conocidos, con pocos riesgos y llenas de apegos -materiales, emocionales, físicos-Unas por comodidad y otras por carencia de valor por aventurarse en "empresas" desconocidas o arriesgadas...enfocando más en encajar que en destacar.
La mayoría de la sociedad actúa bajo el influjo del mimetismo, piensan como grupo, visten como grupo, se comportan como grupo, incluso sin compartir las mismas creencias o el mismo sentir.
Vivimos de espaldas a la voz de nuestro corazón, reacios a probar nuevos retos y, sin saberlo, sintonizando con una cotidianidad limitadora y frustrante...
El éxito radica en ser fiel a uno mismo y en vivir la vida según los dictámenes de nuestro corazón.
La suerte no existe. Lo que denominamos suerte no es más que el resultado de una combinación exitosa: implicación y preparación vinculada a un momento oportuno.
Namaste.
JPR
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