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La Empresa, los Objetivos y las Formas.

Toda empresa tiene unos objetivos comerciales, muchas los tienen vinculados a una "Visión" y a una "Misión", teniendo en cuenta su función y responsabilidad social. Otras los vinculan a una prioridad financiera. Sin duda el vínculo de esos objetivos determinará las prioridades, las formas y la filosofía de la empresa o lo que es lo mismo, su cultura.

Cuando una empresa comunica los objetivos comerciales a sus empleados, sobre todo a la red comercial (por su vínculo y responsabilidad en el cierre de operaciones) da por sentado que estos se implicarán en su consecución... y así es. Sólo hay un matíz: las formas.

Si al comunicar los objetivos, la empresa utiliza un discurso amenazador, excesivamente presionante o con matices amenazadores, la recepción de estos, generará distorsión, miedo e inseguridades. Así pues, a pesar del deseo de los empleados por alcanzar los objetivos, la vibración del miedo condicionará los resultados, ya que distorsionará su discurso e incluso su credibilidad frente al cliente.

Si los resultados no son los esperados, además del "miedo", la incertidumbre acompañará a los componentes del equipo comercial, con lo que el deseo de encontrar una salida viable ocupará la mayor parte de los pensamientos del mismo...como resultado, las ventas no serán la prioridad, ergo los logros tampoco.

El miedo es el peor enemigo del ser humano y la generación del mismo debería de estar abolida dentro de las herramientas de gestión.

A más inteligencia emocional mayor rentabilidad, a mayor rigidez mayor enquilosamiento empresarial.

Si tu objetivo es el éxito, trata a tu gente con la misma excelencia con la que tu desearías que ellos trataran a tus clientes.

Namaste.

JPR