Evolución de la cultura empresarial. Valores y metas ejemplares: Dar libertad a las personas para realizar sus tareas a su manera. Incentivar a las personas a invertir parte de su tiempo en explorar proyectos innovadores. Permitir a las personas que aprendan de sus errores. Promocionar a la gente que lo merezca. Lograr que las cosas se hagan por cooperación informal. Encontrar fórmulas para premiar a la gente innovadora. Favorecer el liderazgo y eliminar las jerarquías que imponen sin convicción. Rasgos tradicionales de la cultura tradicional: Son empresas en las que crecieron y se desarrollaron una parte significativa de los directivos actuales. Sus valores están anclados en modelos obsoletos y se rigen bajo los arquetipos siguientes: El jefe siempre tiene razón: empresas fuertemente jerarquizadas, en las que la crítica a una decisión o a una acción de un “superior” es entendida como un ataque a la autoridad, y por lo tanto vista como una amenaza. Este valor esconde una fuerte resistencia al cambio y pone en peligro la creatividad de la organización. Apelar al rango para justificar una actuación: el error se castiga. Ante una ineficiencia, siempre se busca un culpable. Tendencia a burocratizar con exceso de cargos con el fin de parapetar el puesto del superior. La información es poder: así que no hay que compartir la información. Se compartirá la que convenga, cuando convenga y a quién convenga. Una de las finalidades es generar desconcierto y desconfianza, evitando que haya unión entre los subordinados, con lo que la manipulación será más factible. La “Amenaza” es un gran motivador: es el típico acoso moral o también llamado “moobing”: descalificaciones, amenazas, recorte y manipulación de información. Hacerlo bien es tu deber: con lo que el reconocimiento siempre queda como una bonanza de la dirección, no como un logro. Finge que trabajas: el modelo tradicional valora más las horas que pasas en la oficina que el rendimiento que logres en tu trabajo. Esto favorece que muchos empleados dediquen parte de las horas de su jornada a consultar Internet, realizar tareas personales o disimular que trabajan arduamente con el fin de ganar puntos frente al jefe. El trabajo es una cosa muy seria, no te rías: el humor, la chispa y la risa son vistos como irreverentes. Nada más lejos de la realidad: el humor y la risa aportan frescor y generan un ambiente que genera valor. Si una vez identificados estos arquetipos no somos capaces de reaccionar…tenemos los días contados en el mercado. La falsa seguridad que transmiten los arquetipos obsoletos pasan una factura que no puede asumir una empresa moderna y focalizada en el cliente: la excelencia se transmite desde el interior hacia el exterior. Reflexiones del Master de Recursos Humanos de EAE (Escuela de Administración de Empresas)
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