No te das cuenta en ninguna de las situaciones que se presentan ante ti del desenlace que te haría feliz.
No tienes, por lo tanto, una pauta por la que regir debidamente tus acciones, ni manera alguna de juzgar sus resultados.
Lo que haces está determinado por tu percepción de la situación de que se trate, y esa percepción es errónea.
Si te dieses cuenta de que en realidad no percibes lo que más te conviene, se te podría enseñar lo que ello es.
Al aplicar la idea de hoy, nombra cada situación que se te ocurra, y luego enumera minuciosamente todos los objetivos que te gustaría alcanzar en el desenlace de la misma.
El modelo que se debe seguir en cada caso debe ser más o menos así:
Lo que me gustaría que ocurriese en relación con _____ , es que _____ y que _____ sucediese,
y así sucesivamente.
Te percatarás asimismo de que muchos de tus objetivos son contradictorios, que no tienes un resultado concreto en mente, y que no puedes por menos que experimentar desilusión con respecto a algunos de tus objetivos, independientemente de como se resuelva finalmente la situación.
Después de pasar revista a tantos objetivos anhelados como puedas para cada situación aún sin resolver que cruce tu mente, di para tus adentros:
No percibo lo que más me conviene en esta situación,
y pasa a la siguiente.
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